Es inevitable pensar como las personas vienen y van en nuestras vidas como piezas de un tablero de ajedrez: siempre habrán para relacionarse, siempre se irán una a una no importa el cómo lo hagan…
Octubre de 2015.
Desperté ese un poco tarde, pero ¿qué es tarde en un día de fin de semana? Mi cuerpo pesaba y mis ojos apenas los podía enfocar, era peor que un despertar después de un carrete. Creo que se debía a lo que sucedería aquel día.
Despedidas, despedidas, despedidas… Tenía miedo, pero a la vez sentía felicidad. Cumplirías tus sueños aunque me dejaras atrás… comenzarías la vida que nunca imaginaste, pero que yo siempre soñé… es un poco injusto, aunque nunca te envidié.
13:30
No tengo hambre ni ganas de cocinar, se acerca la hora y mi estómago se revuelve con un montón de emociones indescriptibles. Escucho el timbre y a mi alrededor todo es un desastre así que te gritó que me esperes abajo que ya salgo… Pero sigo debatiéndome en qué reacción debo tener y qué hacer para no llorar.
Llego hasta donde estás y hacemos nuestra caminata de siempre, al principio en silencio luego como si nada pasara hasta que llega el momento del adiós.
Me dices: nos vemos pronto.
Respondo: en 6 años.
Me dices: nos volveremos a ver.
Respondo: está bien.
Y con un abrazo, posiblemente el último que nos daremos, lloramos en silencio, pero contentos de la promesa que nos hicimos. Porque desde que nos conocimos a los seis años, supimos que era para siempre, porque todo lo que vivimos dejo huellas en nuestros corazones.

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Pepe Grano de Oro
Bonito, tierno y bien escrito.
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Cami Aranfu
Muchas gracias! Saludos y gracias por leerme
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